Infusionamos 300 ml de leche con una cáscara de limón, canela en rama y 80 g de azúcar, hasta que la leche comience a hervir. Apagamos y dejamos reposar unos 15 minutos.
En 100 ml de leche fría, disolvemos 35 g de Maizena y, a continuación, incorporamos a la leche infusionada y ponemos al fuego no muy fuerte y, sin dejar de remover, hasta que la mezcla comience a espesar.
Vertemos la mezcla en una fuente, que cubriremos con film transparente, y dejamos reposar (mejor durante toda la noche)
Cortamos en porciones, que pasaremos por harina y huevo batido, y que freiremos a continuación, hasta que estén bien doradas.
Una vez fría, espolvoreamos con una mezcla de azúcar y canela.