Para esta elaboración, se limpian concienzudamente las sardinas y se secan con papel absorvente para eliminar al máximo la humedad.
Se prepara una mezcla a partes iguales de sal y azúcar.
Sobre esa mezcla se van colocando en capas las sardinas, hasta quedar cubiertas completamente, y debiendo permanecer al menos durante 24 horas. Transcurrido ese tiempo se lavan bien para eliminarles cualquier resto de la mezcla de sal y azucar y después, una vez secas, se introducen en aceite de oliva, o bien, se procede a su envasado al vacio.
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